domingo, 4 de diciembre de 2011

LA GRAN EVASION




El otro día, mientras tomaba algo en el bar, el amigo de un amigo me preguntó por qué me gusta tanto salir a rodar con la bici; la pregunta perfecta para que me ponga a hablar sin parar. Así que con entusiasmo le expliqué que la bici consigue que desconecte de todo. Cuando estoy en la bici no pienso ni en el trabajo, ni en las relaciones de pareja ni en por qué mi coche traga más gasolina que un tanque. En lo único que pienso es que el último sendero fue una pasada o en la sensación al adelantar a mis colegas con la bici de carretera

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